Los trastornos
de alimentación es una problemática muy grave que está aumentando en la
sociedad actual, uno de los motivos de su aparición son los cánones de belleza implantados en
nuestra cultura desde hace algunas décadas, estamos acostumbrados a ver en los
medios de comunicación mujeres (sobretodo) muy delgadas y con un cuerpo
aparentemente perfecto, debido a esto, muchas chicas se sientes acomplejadas o
inferiores e idealizan a esas mujeres, dando por hecho que sus vidas deben ser
perfectas.
Otro de los
motivos que tiene un gran peso en la aparición de estos trastornos es la burla
o la necesidad de aceptación en el colegio o instituto, a grandes rasgos, es
una necesidad de gustar a los demás, una especie de adicción social para conseguir la aprobación social y la
popularidad entre sus iguales. Buscan desesperadamente una perfección, lo que
no saben es que eso es inexistente y que nunca estarán conformes con su imagen,
siempre querrán más y más sin saber cuándo y cómo parar y sin ser conscientes de
que su vida corre un gran peligro.
A continuación
vamos a copiar algunas frases que dicen las personas con anorexia y bulimia en
sus páginas (las cuales deberían ser eliminadas cuanto antes):
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“Ser anoréxica suena mucho mejor que ser gorda”
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“Tener hambre es control”
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“Podrás conseguir a la pareja que quieras”
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“Los huesos son puros y limpios, la grasa es
sucia y cuelga de ti como un parásito”
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“Un minuto un tu boca, de por vida en tus
caderas”
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“No se puede amar a una chica gorda”
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“Todas sentirán envidia al verte”
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“Los gordos siempre estarán solos porque nadie
quiere que les vean con ellos”
Estos son
algunos ejemplos de que esta enfermedad no es solamente lo que se ve desde
fuera (hábitos de comida), existen
múltiples factores que convierten a la persona en vulnerable ante estos
trastornos, existen unos pensamientos completamente distorsionados de la
realidad y un miedo irracional a las consecuencias de coger peso, existe una
gran ansiedad y necesidad de control, percepción distorsionada ante la solución
de los problemas, visión negativa de sí mismo…etc.
¿Cómo
diferenciar entre anorexia nerviosa y bulimia nerviosa?
La anorexia
nerviosa es cuando la persona se encuentra por debajo de su peso saludable
(IMC, Índice de Masa Corporal, tiene que ser menor de 17,5), independientemente
de si su método es no comer o vomitar o uso de laxantes, etc.
La bulimia
nerviosa es cuando la persona se encuentra en la normalidad o por encima de su peso saludable (IMC 20-25 es la normalidad, 25-30 es sobrepeso),
independientemente de su método empleado.
Por ello, una
persona puede presentar épocas de bulimia y otras de anorexia.
Anorexia
nerviosa
La anorexia
tiene una prevalencia de un 1% en la población occidental. En cuanto al sexo,
las mujeres padecen la anorexia diez veces más que los hombres, lo más general
es que aparezca por primera vez entre los 12 y 15 años, aunque empiezan a
aumentar los casos en niños de 6 años en adelante. Suelen presentar un
excelente rendimiento escolar y profesional debido a su ansiedad por la
perfección.
Se caracteriza
por una excesiva inseguridad, baja autoestima, pensamientos dicotómicos
(todo/nada, siempre/nunca), hiperresponsabilidad, perfeccionismo, obsesión
hacia el peso corporal y los alimentos, tienen el objetivo de perder una gran
cantidad de peso (más del 25%) en un breve espacio de tiempo, esto es debido a
una alteración psicológica de su imagen corporal que les lleva a sobreestimar
el tamaño de algunas zonas de su cuerpo (presentan alucinaciones sobre su
cuerpo), esto les produce un intenso miedo a engordar o mantener ese peso y por
lo tanto, se reduce la ingesta de alimentos, hay un abuso de laxantes, empleo
del vómito y exceso de ejercicio físico.
Existe un mito
de que las personas con anorexia pierden el apetito y eso es completamente
incierto, si sienten hambre, pero es concebido como una oportunidad de poder y
control que las genera un bienestar intenso de superación personal, solamente
cuando están gravemente enfermas es cuando realmente pierden el apetito.
Una vez que la
enfermedad ya está instaurada, aparece una intensa irritabilidad, tristeza,
ansiedad con carácter fóbico, falta de concentración, insomnio, falta de
energía, sensación de frío, pérdida de la menstruación en algunos casos, exceso
de mentiras y manipulación para que la gente no se entere. El riesgo de muerte
es elevado, aproximadamente el 10% de las personas hospitalizadas fallecen, por diversas causas, falta de nutrientes, desnutrición, muerte súbita por
fallo cardiovascular, hipoglucemia, hipopotasemia con disminución de calcio,
magnesio y fosfatos, hipofunción medular, además del alto riesgo de autolesiones
y/o suicidio.
Bulimia
nerviosa
La bulimia tiene
una prevalencia de un 4,2% en la población occidental (4 veces superior a la
anorexia). En cuanto al sexo, tiene más prevalencia en mujeres, sobre todo entre
las edades comprendidas de 19 a 25 años. Es una enfermedad más difícil de
diagnosticar que la anorexia ya que tiende a disimularse mucho mejor debido al
peso normalizado y a sus mentiras y manipulación hacia el entorno.
Se caracteriza
por episodios de una gran necesidad de ingerir grandes cantidades de comida
hipercalórica y que generalmente les provoca una gran sensación de falta de
control, culpa, asco, vergüenza, para compensar este atracón, tiende a restringir
la alimentación o conductas de purga como vomitar, uso de laxantes, ejercicio
físico intenso, toma de diuréticos, etc. Al igual que en la anorexia hay una
gran preocupación por la propia imagen corporal, necesidad de control,
inseguridad, baja autoestima, pensamientos superticiosos, de ineficacia, dicotómicos
(siempre/nunca, todo/nada)…etc.
Una vez que la enfermedad ya está instaurada, aparece una intensa irritabilidad, tristeza, ansiedad con carácter fóbico, falta de concentración, pérdida de la menstruación en algunos casos, exceso de mentiras y manipulación para que la gente no se entere.
Existe un mito
de que la bulimia no es tan peligrosa como la anorexia nerviosa y esto no es
así, es igual de peligrosa debido al desequilibrio hidroelectrolítico, úlceras,
hernias o desgarros esofágicos, dilatación o rotura gástrica, problemas cardiovasculares,
hipotensión ortostática, además del alto riesgo de autolesiones y/o suicidio.
¿Cómo
se debe actuar ante un caso de trastorno de alimentación?
Es indispensable
un tratamiento multidisciplinar e integrado debido a la gran complejidad de
estas enfermedades, es completamente necesario el apoyo familiar y del círculo
de amigos, además de una supervisión constante.
En primer lugar,
se debe acudir al médico o asociación dedicada a los trastornos de la conducta
alimentaria y éstos valorarán si es necesario el ingreso hospitalario o solo el
ingreso ambulatorio. Es muy importante la asistencia regular a las terapias
grupales, asistencia a un psiquiatra para la toma de la medicación necesaria,
complementándola con la atención individual de un psicólogo
cognitivo-conductual y la ayuda de un endocrino o nutricionista, debido a que
es un tratamiento muy complejo y muy prolongado en el tiempo, es necesaria la
paciencia, implicación del entorno y dedicación para la recuperación completa
del paciente que lo sufre, ya que serán muy frecuentes las recaídas cuando la
persona empiece a ganar peso.
Es importante
empezar a actuar ante los primeros síntomas, aun cuando la persona niega tener
algún problema, ya que los pensamientos distorsionados y la adicción a estas
dietas o reducción de peso aumentan a un ritmo vertiginoso y se pone en peligro
la salud y la vida de la persona en cuestión.
Acéptate,
quiérete, compréndete, tú eres más que una imagen, eres más que un simple
número en una báscula